Cada década tiene un ritmo, pero solo Pulso logra capturarlo. Estas gafas no fueron creadas, nacieron una noche en la que la ciudad no dormía y el cielo ardía rojo sobre el asfalto. Quien las usaba, decía sentir cómo vibraba el mundo bajo sus pies. Algunas leyendas aseguran que si las llevas en silencio, puedes escuchar el latido de lo que aún no ha pasado. Pulso no es solo estilo: es energía contenida en dos cristales redondos listos para estallar.
